Ciencia y Filosofía ISSN: 2594-2204
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objetivamente, la posibilidad de que el alumno experimente logros académicos
implementado las estrategias didácticas que fortalezcan su autonomía, autoconocimiento,
autoestima, que hagan vivencial el aprendizaje y que respondan a la contextualización del
grupo.
Es imprescindible, además de desarrollar la estrategia didáctica, considerar los
momentos de evaluación (inicial, formativa y sumativa), los instrumentos a criterio o
estandarizados que se apliquen para valorar el nivel de competencia curricular del alumno,
además de las estrategias de evaluación (coevaluación, heteroevaluación y autoevaluación)
para garantizar un ejercicio evaluativo que logre traducir en una nota numérica objetiva,
los aprendizajes y competencias adquiridos en un período.
Es en la educación en donde reside la esperanza de una sociedad de cambio, que ponga
en primer lugar a la responsabilidad compartida sobre un futuro sostenible para todos, con
base en valores universales de aprecio por toda forma de vida, por el entorno, con ética,
dignidad humana, solidaridad y justicia social; éste planteamiento del aprendizaje
representa el reto de adoptar una postura integral de la educación y del aprendizaje, lo que
nos exige ir más allá del aprendizaje académico convencional, pues la fragmentación
familiar, así como otros problemas de índole social y económica afectan severamente las
condiciones en las que recibe la escuela a los alumnos; esta realidad social nos
compromete como personal de la educación, pues hace un llamado a nuestra vocación
formadora para asumirnos también como agentes de cambio, dejar a un lado la creencia de
que el desarrollo de habilidades socioemocionales corresponden en mayor medida al
ámbito familiar, cuando somos conscientes de que es en la escuela en donde viven su
ejercicio social: amigos, relaciones afectuosas, conflictos, política, justicias e injusticias, es
en la escuela en donde recrean la situación también que viven en casa y es ahí en donde
como guías en su formación podemos mostrarles que la educación puede ser una ventana o
una puerta para construir una realidad diferente, mejor.
Considerar la capacidad para gestionar las relaciones socioafectivas, identificar y poder
dialogar de los estados emocionales, reconocer sus causas y efectos ayudará a los
estudiantes a conducirse de manera más efectiva, es decir autorregulada, autónoma y
segura; así la educación socioemocional favorece el desarrollo del potencial de nuestros
alumnos, los fortalece para enfrentar obstáculos y desafíos que enfrente a lo largo de su
vida y contribuir a la formación de seres humanos de éxito. Es un reto que implica tanto a
los docentes como a los alumnos trabajar en desarrollar Inteligencia Emocional, más allá
de discursos sociales y políticos, la docencia tiene la facultad de influir en vidas, hacerlo
con consciencia, ética y convicción puede transformar la realidad.