Ciencia y Filosofía ISSN: 2594-2204
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Introducción
La evaluación en sí misma es una oportunidad de aprender mediante la realimentación y la
práctica correctiva. Siendo la evaluación un tema de discusión y ajustes con requerimientos
tanto institucionales, políticos y educativos, surge la necesidad de valorar este paso tan
importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Adquiriendo hoy mayor relevancia debido
a la situación actual por la que se encuentra la educación recibiendo el nombre de Educación a
Distancia.
El presente escrito tiene como finalidad obtener información referida a las estrategias o
técnicas de evaluación educativa utilizada por lo docentes al frente de un grupo en educación
primaria, partiendo desde la premisa de identificar el grado de conocimiento que los actores de
la educación poseen de dicho aspecto.
Actualmente, la propuesta teórica constructivista de la evaluación auténtica aporta
elementos interesantes para ser implementados en el aula con eficacia y congruencia. Esta es
una perspectiva centrada en el desempeño del estudiante, con objetivos precisos, entre los que
destacan: “La pretensión de evaluar lo que se hace, así como identificar la coherencia entre lo
conceptual y lo procedural, entender como ocurre el desempeño en un contexto y situación
determinados” (Díaz-Barriga, 2005).
Se hace hincapié en que la evaluación que es auténtica realmente sitúa a los alumnos
en una reflexión interna de su propio proceso de adquisición de aprendizajes, en donde sea
capaz de mostrar un desempeño significativo en situaciones que les de la oportunidad de
comprender, solucionar o intervenir de manera autónoma.
Los docentes se ven enfrentados a la incógnita de ¿estoy evaluando correctamente?,
según las herramientas para la evaluación en Educación Básica N.2: “La evaluación con
enfoque formativo buscar obtener información respecto del aprendizaje de los alumnos para
identificar cómo aprenden y cuáles son las estrategias o actividades adecuadas para atender sus
procesos de desarrollo y de aprendizaje, sí como las situaciones, necesidades y características
de los estudiantes para hacer ajustes en la planificación”. (SEP,2012).
Ante ese supuesto, se hace referencia a que la evaluación no sólo como una acción que
debe aplicarse al final, ya sea de un trimestre, actividad, ciclo etc. Lo correcto es hacer de la
evaluación una acción continua para realizar ajustes que propicien el cumplimiento de
objetivos. A través de un registro ya sea anecdótico o numérico se lleva un control de los
progresos o rezagos que los alumnos vayan demostrando en la realización de consigas durante
su proceso de aprendizaje.
Para ello, es conveniente considerar las acciones implementadas por los docentes, así
como los resultados óptimos que han adquirido durante su implementación. De igual manera,
determinar la importancia que le dan a la evaluación educativa y la forma en que se familiarizan