Ciencia y Filosofía ISSN: 2594-2204
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circunstancia se registró el emplazamiento poblacional que estratégicamente debía estar bien
ubicado para un mayor control y comenzar a orientar su religiosidad católica.
Las características del pueblo cabecera eran que espacialmente debía estar trazado
alrededor de una plaza, tener una casa de comunidad, una capilla o iglesia, además, tener un
gobernador, alcaldes, un escribano, y en lo que se refiere a la iglesia, un mayordomo, un
oficial2 y cantores (Dehouve 2002: 81), es decir, una cofradía consolidada.3
Cofradía y cabildo4 fueron las dos instituciones importantes que se articularon en un
principio para una mejor funcionalidad, ya que el sistema gubernamental se apoyaba con el
aparato eclesiástico.
En un principio, las primeras cofradías en la Nueva España fueron urbanas e instauradas en
la ciudad de México con la autorización de un obispo, de manera exclusiva para servicio de los
españoles con el fin de dar continuidad a su fe cristiana y solventar sus necesidades, como crear
hospitales, colegios y dar seguridad al cofrade en su entierro (Bazarte 1989: 32, 33); de esa
manera, fomentaron también una nueva organización tanto social, como económica a través de
inversiones y créditos de las cuales se hará mención más adelante.
Bajo éste parámetro, la primera organización de la que se tiene noticia, es la de Los
Caballeros de la Cruz,5 fundada por Hernán Cortés en 1526, aprobada por fray Domingo de
Betanzos (Gaceta de México 1729: 172-173), y fue el artífice para servir como ejemplo de
organización en las posteriores fundaciones. Concerniente al tema, Bernal Díaz, informa sobre
la necesidad y la importancia de implementar la beneficencia, y de cómo debieron repartirse las
rentas originalmente: “una quinta parte para el Rey, tres para Cortés y los conquistadores y la
quinta restante para que fuese la renta de ellas para las iglesias y hospitales y monasterios”
(1939, 402). Así, en la Ciudad de México, Hernán Cortés, manda a construir el primer Hospital
que se llamó la Inmaculada Concepción (el cual, sigue funcionando actualmente y es conocido
como el Hospital de Jesús), auspiciado económicamente por la cofradía y mantenido por el
trabajo voluntario de sus miembros que consistía en alimentación, atención al enfermo y
limosnas.
Inmersos en el proceso de las organizaciones de los pueblos cabecera y pueblos sujetos, los
hispánicos fueron creando redes administrativas, por lo que en la primera etapa de la
expansión, las encomiendas6 generaron un poder ejercido por los conquistadores, es por eso
que asándose en la experiencia de Vasco de Quiroga y con el apoyo de Antonio de Mendoza
(primer virrey de la Nueva España), en 1545 el Licenciado Tello de Sandoval, miembro del
Consejo de indias enviado a México desde España, propuso eliminar cualquier intermediario
novohispano entre el rey y sus súbditos indígenas, y poner en manos de éstos últimos el